Big Data: el tiempo apremia

Nadie pensó que cuando en 2011 el gigante de Jeff Bezos aterrizó en España para vender libros, música, vídeos, electrónica y algunas cosas más bajo un modesto “amazon.es”, habría comenzado el apocalipsis de los emperadores del retail. Hoy, seis años después, Amazon nos enamora y hace que su fundador y CEO, Bezos, encabece la lista de personas más ricas del planeta.

Que Amazon sea líder de Occidente en el comercio electrónico es una realidad. Y que la compañía norteamericana haya entrado con fuerza en el negocio de los servicios de computación con Amazon Web Services (AWS) tampoco es, desde luego, cuestión baladí: pues parece que de análisis de datos y Business Intelligence va la clave del éxito. “La información es la nueva materia prima”, vaticinaban los gurús de finales del XX, una realidad que ya se ha consolidado y que comienza a traer consecuencias sin precedentes que nos llevan, irremediablemente, a preguntarnos: “¿qué están haciendo las empresas de hoy para triunfar?”

 Innovar o desaparecer, literalmente. La revolución tecnológica ha forzado a que la subsistencia de los negocios pase por entornos donde no adaptarse no tiene cabida y donde la demanda de calidad en productos y servicios es cada vez mayor. Hay que transformarse y hay que hacerlo rápido. Y es que la legendaria excusa de “caminamos como elefantes, pero llegamos” ya no sirve. Hoy la velocidad de adaptación es, quizá, el factor más importante en la transformación de una empresa. El tiempo apremia y no dar pasos adelante significa retroceder.

¿Por qué? Los avances tecnológicos hoy permiten recabar grandes cantidades de datos y procesarlos para obtener insights clave para la toma de decisiones. Es un conocimiento ideal para la inteligencia del negocio y quien lo aprovecha consigue despuntar: ahorro de costes, optimización de la promoción, personalización y mayor calidad, nuevas formas de monetización e integración horizontal de actividades son solo algunas de las ventajas que repercuten directamente en los clientes más satisfechos y suponen ingresos más caudalosos.

Así lo indica un informe de Forbes Insights: el 66% de las compañías que apostaron por esta estrategia de analítica de datos ha logrado un aumento —como mínimo— del 15% de sus ganancias.

El 44% de empresas no sabe qué pasos hay que dar

 A pesar de los claros beneficios, las empresas españolas aun están lejos de adaptarse a esta nueva realidad, lo que no significa que podamos relajarnos: Internet convirtió las relaciones comerciales en globales, por lo que cada sector compite de forma internacional. Este aspecto pone de relieve la gravedad de que un 54% de las empresas españolas no se haya digitalizado –o esté en una fase prematura-, tal y como indica un informe del IEBS.

Despreciar el conocimiento y la personalización máxima de los productos y servicios ofrecidos, así como la atención a los clientes es un ideal romántico que no puede continuar. Y aunque aparentemente es una temática ya en boca de todos, los datos que se desprenden de los informes de transformación digital son apabullantes.

Las cifras empeoran si hablamos de analítica avanzada de datos: un estudio de IDC indica que el 44% de empresas no sabe qué pasos hay que dar para implementar Big Data en su empresa, y un 34% ni si quiera conoce a un proveedor. Puede ser porque “analítica de datos” y “Big Data” son términos que pueden parecer lejanos. Sin embargo, ya existen posibilidades y proveedores de lo más accesibles, escalables y pensados para todo tipo de empresas: desde pymes hasta grandes corporaciones.

El problema es la falta de talento

Entonces, ¿qué falla? Un desconocimiento generalizado. No hay, a día de hoy, talento para utilizar los sistemas de analítica de Big Data. Y aunque avanzados sistemas tienen hoy sencillas interfaces para crear ecosistemas avanzados de bases de datos inteligentes y la Inteligencia Artificial es capaz de trackear datos para encontrar patrones ocultos con solo un par de clicks, son los profesionales quienes, por no saber dar uso efectivo a estas herramientas, ralentizan enormemente los procesos. De este modo, todo esfuerzo de transformación digital queda retenido por la falta de talento.

Muchas empresas que dábamos por punteras hace años están perdiendo el relevo de su sector. Otras, como Amazon, hacen pasar todas sus estrategias por la innovación y consiguen tal precisión en cada paso que dejan atrás, sin mayores problemas, a los “El Corte Inglés” y otros mastodontes del siglo pasado.

En este contexto, las empresas deben dar mayor papel a los early adopters que lideren un proceso de cambio dentro de cada empresa para hacer perder el miedo a las soluciones de Big Data. Con ellas, la efectividad de cada decisor ganará en precisión y ahorrará en costes: es siempre un win-win para toda empresa que no debería tardar en implementarse.

Pero,  ¿qué datos y qué hacer con ellos?

Los datos sirven para generar inteligencia de negocio, y detrás de esta expresión etérea se esconde la grandeza de la analítica en grandes dosis. Registrar todo el conocimiento de forma categorizada es primordial para crear nuevos insights que desvelen oportunidades.

Los resultados que pueden extraerse del procesamiento de datos son de gran utilidad, entre otros, para el departamento de marketing de las empresas. Conocer de primera mano los ratios de los funnel de conversión en función de características de lo más llamativas de una persona tipo, puede dar insights como que “el 74% de los hombres que se afeitan semanalmente están interesados en tu producto” y aconsejarte, de este modo, una acción conjunta con las cuchillas de afeitar de Guillete.

Se trata de segmentar de una forma realista a los públicos para descubrir la realidad de la demanda y personalizar las acciones: ya no se trata de conocimiento del mercado, se trata de conocimiento del usuario para mejorar el retorno de inversión de cada decisión, con una reducción de los riesgos al mínimo.

También permite averiguar si es necesario cambiar el flujo logístico o aumentar la presencia de un producto en un local, lo que hace evitar roturas de stock y satisfacer toda la demanda. Se trata, en definitiva, de fortalecer puntos débiles que permanecían ocultos.

Y además, toda la información de la compañía queda integrada. Tratar de una forma inteligente los datos también significa unificar. Y esto implica un conocimiento global del negocio, lo que permite que, por ejemplo, Finanzas pueda prever de forma precisa el ROI esperado por Marketing, que Marketing pueda comprender los gastos logísticos de Operaciones y que Operaciones sepa de primera mano las necesidades de personal que habrá en verano: todo en un único lugar. Todo para tomar decisiones más inteligentes.

Manuel León | Ejecutivo de cuentas en la división BusinesssComm

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