Según la última definición aportada por la Organización Mundial de la Salud (Healthy People 2010, volumen I), la comunicación en salud abarca el estudio y el uso de estrategias de comunicación para informar e influenciar sobre decisiones individuales y comunitarias que mejoren la salud. De acuerdo con esto, la comunicación en este contexto es, por tanto, reconocida como un elemento con un poder muy importante que no es otro que el de mejorar la salud pública y personal a través de un conocimiento más amplio de datos o estudios que sin sus acciones, no estarían al alcance del público en general.
Es aquí donde radica su enorme importancia, y es por esta misma razón, por la que esta parte de la comunicación cuenta con tantas limitaciones a nivel legal. Muchas más que otras acciones de comunicación de cualquier otra temática. No debemos olvidar que estar informados y estar informados bien, es vital para, por ejemplo, saber cómo actuar ante los posibles síntomas de una patología grave que nos podamos encontrar en nuestro día a día y que nos permita en consecuencia el poder salvar una vida.
Para ello, los medios de comunicación se convierten en el mejor aliado de toda estrategia y tienen en sus manos el papel más importante de todos: hacer que un mensaje científico sea accesible para cualquier usuario.
Para que esto se cumpla, es necesario un poco de ayuda y que la campaña de comunicación esté muy bien organizada y tenga muy en cuenta, las particularidades de este sector (ejemplo reto Pro- Activ).
Las 6 claves para una comunicación de salud exitosa
Punto de partida
Debemos partir siempre de una buena contextualización. Saber vincular lo que queremos contar partiendo del momento en el que nos encontremos, la normativa actual, para ser capaces de dar la relevancia suficiente a lo que queremos contar. Si algo supone un avance en investigación y mejora de la calidad de vida de un paciente, es importante saber por qué, qué aporta y cuál es realmente el beneficio para la sociedad.
Objetivos y estrategia
Son la parte más importante y deben ser medibles, específicos, alcanzables, con un timing concreto y orientados a resultados. Solo así, podremos hacer una buena estrategia que nos permita cumplirlos. Un ejemplo de esto, serían los proyectos en los que sea necesario un reposicionamiento de producto.
Mensaje
Un mensaje solo es eficaz cuando una campaña está bien organizada. El mensaje que queramos dar debe ser claro, conciso y debe poner en el front el beneficio/ avance o foco central de la campaña que queremos transmitir.
Público objetivo bien definido
Debemos ser capaces de hacernos las preguntas necesarias para que nuestro mapa de públicos esté completo. Conocerlo bien va a ser clave para las acciones.
Los canales
Vivimos en un mundo totalmente conectado por lo que es muy importante tener en cuenta todos los canales en los que se encuentran nuestros públicos objetivos. Solo con un planteamiento de estrategia 360º se puede lograr. Si, por ejemplo, nuestro público está en un entorno más digital, estos canales son los que deben tener mayor protagonismo (y debemos adaptar a ellos nuestro mensaje).
Duración
Aunque esto es algo común en cualquier tipo de comunicación, en el entorno salud adquiere mayor importancia. Debemos ser capaces de plantear campañas de comunicación de gran duración en el tiempo y en varias fases. Esto es importante porque la comunicación no tiene la eficacia suficiente y necesaria para provocar a corto plazo un cambio de costumbres. Es necesario que un usuario esté en contacto varias veces con un mensaje para que este consiga calar en él.
Estas son algunas claves, junto con un plan de acción completo que ayudarán a que un mensaje o acción de concienciación cale en nuestro público y, por consiguiente, nos ayude a cumplir nuestros objetivos. Un ejemplo de caso de éxito es el de Doctoralia y la mejora de la relación médico- paciente.
Eva Cuervo | Consultora en la División de Consumo y Salud – Evercom Life