El caso Noa Pothoven y el consumo de información inconsciente

“Desinformación”, “bulos” o “fake news” son términos que se han incorporado a nuestro día a día y que ponen de manifiesto dos de las características básicas de nuestra sociedad actual: la inmediatez y el consumo inconsciente.

Sin embargo, no estamos ante una nueva forma de hacer las cosas, de hecho las fake news se remontan mucho más atrás en el tiempo. Fijémonos, aprovechando el reciente 75º Aniversario del Desembarco de Normandía, en su famosa Operación Bodyguard y su astuto plan de engaño. Una campaña de desinformación a través de falsas radiotransmisiones que hicieron creer a los nazis que el ataque se produciría en Noruega.

¿Qué ha cambiado entonces para que se haya convertido en uno de los principales problemas de nuestra sociedad? ¿Nuestra forma de comunicarnos? ¿Los nuevos canales digitales que han nacido en la Revolución Digital? Sí, y sí. Sin embargo, la raíz del problema no es el qué decimos o el cómo lo hacemos sino quién las consume.

Estamos ante un consumidor de información que no estamos educando. La inmediatez con la que queremos hacer las cosas, la pérdida de rigor profesional o la monetización del clic son parte del deterioro en la cadena informativa. Vivimos en la era de la información y la misma información nos infoxica, nos impide tomar distancia y criterio. Hemos dejado de leer en detalle para leer en titular. Un hecho que nos ha llevado a situaciones informativas como las de la muerte de Noa Pothoven. Hemos conocido la noticia en informativos, en medios generalistas, y económicos, a través de RRSS, etc. El titular lo tenía todo “menor de edad, eutanasia, abuso y depresión”. Una combinación perfecta con ingredientes suficientes para captar la atención de cualquiera.

¿Qué ha fallado en esta información que debería hacernos reflexionar? Que no es cierta. ¿Quiere decir que todo es mentira? No. Y ahí está una de las grandes claves de las fake news, todas tienen parte de verdad.  Holanda no le ha concedido la eutanasia a Noa Pothoven, de hecho, la parlamentaria holandesa Lisa Westerveld ha tenido que salir públicamente para declarar que Pothoven murió porque «dejó de comer». Incluso The Guardian ha localizado el origen en Central European News, un medio sensacionalista que roza las fake news.  Sin embargo, la gran mayoría de personas que preguntes hoy sobre la noticia posiblemente te responderán “Sí, la chica menor de edad que le concedieron la eutanasia”.

Rectificar es de sabios pero olvidar es otra cosa, el primer titular es el que prevalece en la memoria del lector y eso es difícil de cambiar, porque por muy disparatado que parezca un hecho o noticia hay gente que puede creérselo.

Más allá de nuestro deber profesional para aquellos que nos dedicamos a la industria de la información y la comunicación ¿Cuál es nuestro deber como sociedad ante estas situaciones?… Poner remedio, practicar con el ejemplo, extender una comunicación veraz, responsable y profesional, como pueden ser las plataformas de fact checking o incluso el Sistema de Alerta Rápida contra la desinformación creada por la Unión Europea, cuyo objetivo es crear un sistema de «alertas rápidas» para que, ante una noticia falsa, los ciudadanos pueden ir recibiendo de forma casi instantánea el correspondiente desmentido.

Sin embargo, más allá de los mecanismos que a nivel profesional o institucional se puedan llevar a cabo, el cambio empieza por cada uno de nosotros, por educarnos, tomar conciencia y saber identificar un contenido veraz de otro sospechoso:

  1. Si no va acompañado de un enlace con el que poder comprobar ese pantallazo que te llega por whatsapp o rrss, desconfía.
  2. Intenta identificar la fuente original.
  3. No te dejes engañar por el aspecto, a veces las webs “copian” la estética de medios conocidos para confundirte.
  4. Contrasta la información con otros medios de rigor.

La eliminación de las fake news solo será posible si nosotros intervenimos de manera voluntaria para acelerar su desaparición.

Belén León | División de Marketing y Desarrollo de Negocio en Evercom

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