Cada vez encontramos señales más inequívocas de que el mundo asiste al fin de una era y por tanto al comienzo de una nueva. El colapso de los mercados al que asistimos con la caída de Lehman Brothers en 2008; las revoluciones en el mundo árabe que han derrocado regímenes dictatoriales que parecían abocados a perpetuarse; la explosión de movimientos populares en pleno corazón de la sociedad occidental como el 15-M u Occupy Wall Street; el creciente protagonismo del llamado tercer sector en el PIB de las economías más desarrolladas; el nuevo mapa geopolítico multipolarizado con nuevas potencias como China, India o Brasil en primera línea; Internet y la popularización de la comunicaciones móviles catapultadas con la llegada del iphone y el ipad, comparable a la revolución que supuso la imprenta de Gutenberg o el teléfono de Graham Bell; o también el continuo avance de las tecnologías renovables y la generación energética distribuída que empiezan a cuestionar muy seriamente el modelo productivo tradicional basado en los combustibles fósiles.
Una nueva era que exigirá de ideas innovadoras, para que una vez superado el trauma actual ayuden a cimentar las bases de un nuevo modelo económico, político y social más sostenible y solidario. Y es aquí donde los foros de pensamiento y análisis, también denominados think tanks están llamados a jugar un importante papel. Un escenario donde también España puede y debe participar, pues hay conocimiento, talento y experiencia para ello. Recientemente se ha publicado el The Global Go To Think Tank Report donde España aparece en el decimoctavo puesto, con 55 centros de los más de 6.500 que existen actualmente en el mundo. Dentro los 50 think tanks europeos más importantes según el informe, cuatro son españoles. El mejor posicionado es Fundación Relaciones Institucionales y Diálogo Exterior (FRIDE) seguido por el CIDOB de Barcelona, la Fundación FAES y el Real Instituto Elcano.
Fábricas de ideas enriquecedoras, cauces y soportes para ser comunicadas y escuchadas por el conjunto de la opinión pública, visión e inteligencia para su asimilación y materialización. Tres elementos fundamentales para que un cambio de paradigma como al que asistimos se convierta verdaderamente en una oportunidad de progreso en términos humanos, políticos y medioambientales. Ha llegado la hora de repensarnos, la hora de las ideas.