La creatividad suele asociarse a la fuerza de la juventud. En los reinos, siempre levantiscos, de las agencias de comunicación, marketing y publicidad, esos extraños lugares en los que «toda incomodidad tiene su asiento y todo triste ruido hace su habitación» (cito a don Miguel), es como una verdad asentada que pocos contradicen.
Los creativos son jóvenes. Así son las cosas
Por eso puedes identificarlos, quizás, en su esquina, con sus estéticas diferenciadas y creativas, of course, mirada melancólica y siempre en el secreto último de algún descubrimiento musical o de tendencias con el que martirizan a todo aquel que se ponga a tiro.
Las agencias y las empresas buscan el Santo Grial. La materia prima más escasa y de mayor valor del negocio: ideas nuevas, disruptivas, ideas «wow». Lo hacen en una competición agónica. ¿Dónde encontrarlas? ¿En quién confiar para esa misión? Sin duda habrá que contratar a personas que las busquen.
Mi pregunta es ¿por qué se excluye de esa labor al talento creativo senior? ¿Por qué no contratar a creativos mayores de 40, de 45 o incluso, oh anatema, de 50 años?
Las ideas nacen de la conexión de puntos culturales, de ver cosas que otras personas no son capaces de ver, de conocer la vida y sus dolores, de tener una biblioteca de lecturas, sabores y viajes, de haber amado hasta el absurdo y sufrido por amor hasta el desgarro. Lo escribió García Montero: «Nada sabe de amor quien no ha perdido/ por amor una casa, una hija tal vez/ y más de medio sueldo/ empeñado en el arte de ser feliz (…)».
La edad, un gran factor para desarrollar ideas exitosas
Los 40 o los 50 son décadas igual de creativas, si no más, que los 20 o los 30. En mi caso, cuando rebusco, a mis 55, en mi cofre, soluciones para los desafíos que me proponen, encuentro cosas guardadas desde hace décadas que ahora encuentran su acomodo en una propuesta a un banco o a una cadena de supermercados, a una empresa automovilística o a una gestora de fondos de inversión.
Pido oportunidades para el talento senior, que sigue siendo una «creativa edad» con mucho que aportar en cualquier proyecto de contenidos o estrategia. Neruda abrió su autobiografía con una frase: «mi vida es una vida hecha de todas las vidas». Quizás son así las de todos nosotros, vidas hechas por sumatorio de las vidas que compartimos.
En eso, los creativos seniors tenemos la ventaja que dan los atardeceres y las tormentas. No pierdas ventaja. Suma ‘creativa edad’ a tu agencia y multiplica su valor.