Despertar el interés de la audiencia debe ser el principal objetivo de un buen portavoz. Para ello, es imprescindible construir un discurso convincente y una oratoria persuasiva e influyente. Ejercer de portavoz nunca es fácil, sin embargo, crear un buen relato corporativo- un storytelling que ponga en valor la compañía- y transmitirlo de una forma coherente y ordenada puede ayudarnos a alcanzar el éxito. A continuación, las 6 claves para ejercer como portavoz de forma eficaz antes los medios de comunicación:
1. Prepárate bien para controlar tus emociones
Decía Warren Buffet, uno de los inversores más célebres de la historia, que “se necesitan veinte años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla, si piensas en ello, harás las cosas diferentes». Las palabras de Buffet nos recuerdan que la mejor manera de controlar nuestras emociones y dominar nuestros nervios es con mucha preparación previa y algo de investigación. Conocer al detalle la temática a tratar, el perfil del o los periodistas, contar con un argumentario corporativo actualizado, conocer al detalle la actualidad propia y del sector y, sobre todo, conocer los statement oficiales ante temas sensibles son los secretos básicos del buen portavoz.
2. Todo comunica, no solo lo que decimos
Todo en nosotros comunica, hasta el más mínimo detalle empezando por nuestra imagen, pasando por nuestra postura y terminando por el movimiento de nuestras manos (estas siempre deben acompañar el mensaje con movimientos naturales, es decir deberán moverse en su justa medida, sin abusar de ellas con movimientos extraños o exagerados). Por eso, el éxito de nuestra intervención también dependerá de cómo utilicemos la comunicación no verbal.
3. Frases cortas y silencios, esos grandes aliados
Además de lo que se dice, es clave controlar cómo se dice. Utiliza frases cortas, sencillas y evitando las oraciones subordinadas eternas que pueden convertirse en una trampa de la que nos sepamos salir. Vocaliza con claridad y, sobre todo, mantén un buen ritmo en el discurso que permita que el mensaje llegue a su audiencia. ¿Otro secreto? Aprende a gestionar los silencios, ya que pueden ser un recurso muy útil para enfatizar datos clave o antes de lanzar mensajes estratégicos.
4. Datos y tecnicismos, el secreto está en la moderación
Los datos son necesarios y siempre debemos acompañarnos de ellos para trasladar nuestro mensaje. Sin embargo, debemos evitar abusar tanto de ellos como de los tecnicismos innecesarios que dificulten la comprensión del discurso. En su lugar, es aconsejable utilizar metáforas, establecer paralelismos, incluir ejemplos e historias personales que ayuden a humanizar y comprender el discurso.
5. Ojo al reloj
Recuerda siempre que el tiempo del periodista es limitado. En lo que respecta a la duración de las respuestas, evita los extremos: nunca respondas con monosílabos y esquiva las respuestas eternas que conducen inevitablemente al aburrimiento de nuestro interlocutor.
6. ¿Cuánto termina la entrevista?
Uno de los errores más habituales de un mal portavoz es creer que un encuentro con periodistas, bien sea una entrevista o una rueda de prensa, termina cuando se responde a la última pregunta. ¡Incorrecto! Una entrevista termina siempre cuando el periodista ha salido por la puerta. Ten en cuenta que muchos micrófonos pueden permanecer abiertos hasta ese momento. Muchos comentarios realizados al término de la entrevista han protagonizado grandes titulares en el pasado.
En resumen, un portavoz formado e informado es vital para proteger la reputación de una organización. El portavoz tiene que entrenar sus las habilidades comunicativas y la mejor manera de hacerlo es mediante programas prácticos de “Media Trainings” adaptados a la realidad de su empresa. La formación de portavoces requiere, sin duda, una inversión de tiempo y esfuerzo, pero siempre se rentabiliza.
Marta Estarellas | Consultora Comunicación División Financiera