Martes 3 de mayo: último día de la Legislatura. Primer día de precampaña.

Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo entre las diferentes fuerzas políticas, la undécima legislatura ha llegado a su fin el 3 de mayo de 2016 con la firma de disolución de las Cortes Generales y la convocatoria shutterstock_246924481 (1)de unas nuevas elecciones.

A partir de ahora se inicia una precampaña que, en la práctica, se puso en marcha tras el debate de investidura fallida de Pedro Sánchez. Oficialmente, el 10 de junio de 2016 comenzará una nueva campaña electoral que se espera sea más austera que la anterior, aunque los partidos no han acordado aún el modo de reducir los costes.

En pleno periodo estival y seis meses después de los últimos comicios, la nueva jornada electoral se celebrará el 26 de junio de 2016. Manejando estas fechas, no sería hasta el 19 de julio cuando podrían constituirse las nuevas Cortes Generales, lo que exigirá  un nuevo acuerdo entre los grupos parlamentarios para formar la Mesa de las Cámaras.

Es la primera vez que se vive en España esta situación, en un momento en que, tras varios años de bipartidismo, se había producido la inclusión parlamentaria de dos nuevos partidos que dividieron el voto de las formaciones tradicionales.

Se ha debatido mucho sobre el comportamiento de los electores en ese tiempo previo a las elecciones del pasado 20 de diciembre. Para dar un poco de luz al cómo y por qué, el CIS publica su Estudio Postelectoral, el más fiable por la entidad de la muestra, precisamente el mismo día de la firma de la disolución de Cortes.

Una de las cuestiones que más comentarios generaron y sigue provocando entre qué partidos se estaba produciendo trasvases de votos. Según el CIS, el mayor porcentaje de duda se produjo entre votar al PP o a Ciudadanos en un 16,9%, mientras que la duda entre PSOE o Podemos alcanzó el 11,6% de los indecisos.

Pero muchos de los indecisos decidieron finalmente no votar y abstenerse en las elecciones. Se espera que por el propio hastío y cansancio, incluso enfado y desconfianza en la clase política la abstención sea mucho mayor. Aquellos que se abstuvieron en 2015 afirman que en caso de votar lo habrían hecho a los partidos tradicionales, un dato que no podrá extrapolarse en las elecciones de junio.

El debate actual se centra en la utilidad real de una campaña electoral, especialmente tras un periodo político tan intenso como este. Caben muchos condicionantes, pero el estudio del CIS sobre las últimas elecciones que una gran parte de los electores, en torno el 17,6%, tomó la decisión sobre su voto en semana previa a las elecciones generales.

Debates aparte, lo que es indudable es que habrá campaña electoral en el mes de junio de 2016. Por este motivo, los partidos políticos se esfuerzan por eliminar los errores de diciembre y aprovechar las ventajas en esta segunda oportunidad. Es destacable el caso de Ciudadanos, ya que fueron muchas voces las que criticaron la excesiva presencia de Albert Rivera en campaña. Sin embargo, lo cierto es que los votantes de Ciudadanos, en un porcentaje muy por encima del resto de partidos, reconocen en su candidato la razón del sentido de su voto.

En cuanto a las vías de llegada a los electores, los medios siguen siendo la fuente principal de información y la televisión continúa teniendo protagonismo. En este aspecto, destaca la audiencia de TVE entre votantes del PP, la de Antena 3 para los votantes de Ciudadanos y la audiencia de La Sexta entre los votantes de Podemos e Izquieda Unida.

La participación en redes sociales es más homogénea, aunque destacan por encima los elecotres que optaron por Podemos y sus confluencias, junto con Izquierda Unida y ERC. Esta diferencia se observa especialmente en Twitter, aunque también fueron los más activos al recibir y enviar contenido político mediante servicios de mensajería móvil.

Por último, el CIS pregunta a los votantes qué habrían hecho de conocer de antemano los resultados del 20D. Conocer este dato es clave en una situación en que los electores ya conocen el escenario y pueden reafirmarse o modificar su voto. Ante esta disyuntiva, mientras que entre los votantes del PP se observa una mayor fidelidad de voto, el porcentaje más elevado de electores que afirman que modificarían el sentido de su voto se encuentra entre quienes optaron por Ciudadanos en las anteriores elecciones.

Los partidos tendrán estos datos muy en cuenta para preparar una nueva campaña electoral veraniega en el que los escenarios están, por el momento, muy abiertos.

 

Carmen Andrés es Consultora en Corporativo & Asuntos Públicos

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