En un mundo en el que el género masculino invade casi cada aspecto de la vida, existen cada vez más, rasgos feministas que apoyan la visibilidad de la mujer. Esto no ocurre únicamente en el ámbito familiar o profesional, sino también en la salud, y en particular en la comunicación sobre salud.
En pleno siglo XXI existen aún conceptos tabú que parecen no tener cabida en los medios, en particular, la sexualidad femenina. Si desde hace décadas se comenta y debate con normalidad acerca de cierta pastilla azul que ayuda a que los varones mantengan relaciones sexuales con total normalidad, lo cierto es que poco o nada se habla de esta situación en las mujeres. Sí vemos anuncios de productos de higiene o nos preguntan ¿a qué huelen las nubes?, pero, ¿qué pasa con las relaciones íntimas? Pues se mantienen casi ocultas.
En este escenario de casi prohibición surgen cada vez más actores que apoyan realmente a la mujer, que se preocupan por su salud y sobre todo por su sexualidad. Laboratorios y especialistas que conocen las necesidades femeninas y que ponen de manifiesto que las relaciones sexuales satisfactorias son salud también.
Estos organismos abogan por dar visibilidad a una situación que afecta a millones de mujeres, pero la sociedad nos ha hecho creer que eran problemas de poca relevancia. Y en la estrategia de estas compañías se muestra el apoyo, la innovación y sobre todo la necesidad de dar a conocer patologías reales que nada tienen que ver con la vergüenza ¿Pero qué ha de tener esta comunicación para que resulte realmente efectiva?…
Cuatro elementos básicos para las estrategias de comunicación de salud femenina:
- Aval científico. La sexualidad ha de entenderse como un ámbito de la salud, una parte que hay que proteger y acudir a un especialista en caso de necesidad. Por este motivo, cualquier informe o presentación debe contar con el apoyo de médicos reputados que aporten su experiencia y conocimientos.
- Seriedad. De nada sirve un mensaje científico si lo ofrecemos sin rigurosidad. La comunicación debe ofrecer un perfil médico, que otorgue notoriedad y aporte una visión real del problema. Los casos prácticos y ejemplos concretos ayudan a favorecer su presencia en medios. Además, los estudios científicos y documentos de consenso son claves a la hora de ofrecer este punto de concreción especializada.
- Sencillez. No, no buscamos la simpleza, sino la efectividad en el mensaje. Nuestra responsabilidad a la hora de preparar los materiales de comunicación debe ser la de aplicar los contenidos a la vida cotidiana. Podemos dar mensajes médicos, pero con un lenguaje adaptado al target, para que comprenda las repercusiones. El mensaje ha de adaptarse al interlocutor, ya que no es lo mismos atender a especialistas, que a farmacéuticos o clientes finales. Igualmente, es recomendable preparar materiales diferentes para cada uno de ellos.
- Innovación. La novedad es clave a la hora de que cualquier producto sea bien recibido. En el caso de la sexualidad femenina, Procare Health dio un salto cualitativo en este punto, desarrollando Libicare, el primer tratamiento para las disfunciones sexuales femeninas elaborado a base de compuestos naturales y sin hormonas. Ser el primero en desarrollar cualquier tipo de tratamiento es clave a la hora de mostrar tanto la potencia de la compañía, como su apoyo a la investigación.
Lo que prima, por tanto, dentro del ámbito de la salud femenina es la honestidad, la capacidad de conseguir productos adaptados a necesidades concretas, y en especial, que resuelvan problemas del día a día. No solo vinculados a la sexualidad, sino a diferentes aspectos que solo las mujeres sufren.
Laura Paredes Martínez| Ejecutiva de cuentas División Consumo y Salud- Evercom Life