Primera hora de la mañana, comienzan a sonar los teléfonos, los PC inician la sesión con fuerza para afrontar un nuevo día, la bandeja de entrada se llena de correos sin leer, hasta aquí todo normal es la situación cotidiana de cualquier empresa. Leemos en los periódicos los titulares del día: “Iberdrola cierra la compra…”, “Repsol crece en bolsa…”, “Las empresas españolas tienen problemas…”, han pasado menos de 20 minutos desde que comenzara el día y ya encontramos la primera distinción. Podríamos seguir buscando para encontrar las 8 diferencias, como si de un pasatiempo se tratara. Lo cierto es que hay muchas más (o por lo menos es lo que empresarios, emprendedores y público en general piensa).
Si le preguntamos a cualquier persona dirá que una multinacional tiene más dinero, más facilidades, es más conocida y, por lo tanto, tienen una mayor presencia en medios y en la sociedad, lo que aumenta su reputación. Sin embargo, no es su nombre ni su prestigio lo que les lleva a ocupar portadas, a intervenir en programas de televisión, entrevistas de radio o llegar a los 100.000 fans en facebook. Lo que les lleva a estar en primera plana es su capacidad de convertir lo importante para la empresa en interesante para los medios.
¿Puede una pequeña y mediana empresa ser interesante para los medios? Según el Directorio Central de Empresas (DIRCE) el 99,87% de las organizaciones españolas lo componen pequeñas y medianas empresas. Un porcentaje muy alto si lo comparamos con el número de multinacionales que tienen sede en nuestro país. Sin embargo, las organizaciones que comunican son escasas: tan solo el 23,4% está presente en redes sociales y el 55,8% prevé acciones orientadas a los medios.
Para estas empresas establecer relaciones con periodistas es clave para llegar a su público objetivo, ya que la comunicación es una función estratégica que apoya el proyecto empresarial. Una buena comunicación permite conocer las necesidades de los miembros de la empresa y sus clientes. En definitiva, a través de una comunicación eficaz se puede construir, transmitir y preservar los valores, la misión y el objetivo de una organización. Estas empresas son pequeñas, pero más cercanas y esto genera confianza; conocen a sus clientes, lo que fideliza y humaniza las relaciones. Al fin y al cabo consiste en comunicar para existir, en comunicar para crear valor y reputación a nuestra marca.
El éxito de una empresa no depende solo de la publicidad (esto es tan sólo una parte del pastel), la credibilidad y la objetividad se transmiten a través de un enfoque más integral, como es la comunicación. ¿Por qué es necesaria la gestión de la comunicación en la empresa? Es muy importante que haya coherencia entre la comunicación interna y externa: que el público conozca la actividad de la empresa gracias a un reportaje, que los periodistas se interesen por los resultados económicos o tener un gran número de visitas en su página web. En definitiva, que la imagen que se transmite no resulte arbitraria y, sobre todo crear valor.
Quizás algún día, cuando el 100% de las pequeñas y medianas empresas tomen conciencia de lo importante que es la comunicación para su compañía cerremos las páginas del periódico con el pasatiempos sin completar. Será en ese momento cuando las 8 diferencias dejen de existir entre multinacionales y pequeñas y medianas empresas, cuando los titulares sean con nombre propio, el de tu empresa.