Teniendo en cuenta que todavía no sabemos cuál será el recorrido de la crisis de la COVID-19, a la espera del desarrollo definitivo de una vacuna, es demasiado pronto para realizar un balance sobre cuál será el impacto de esta crisis en cualquier sector productivo. Para el inmobiliario, que no se ha mantenido ajeno a la parálisis absoluta de la actividad económica a nivel global, esta crisis ya ha provocado el retraso y cancelación de proyectos, pero también propiciará que se aceleren algunas tendencias y procesos que ya estaba desarrollando el sector inmobiliario en España en el escenario precrisis, y que servirán como catalizador para afrontar, con las máximas garantías, un futuro inmediato plagado de incertidumbres y con pocas certezas.
De este modo, el Real Estate español puede convertir esta crisis en una oportunidad, si es capaz de avanzar en el desarrollo de nuevos modelos de negocio y hacia la máxima profesionalización en productos y servicios. Un nuevo paradigma que obliga a las diferentes compañías a replantear sus estrategias de comunicación y marketing, para acercarse de la manera más efectiva a todos sus clientes y potenciales clientes, y a apostar por la digitalización de todas sus estructuras, un elemento crucial como se ha evidenciado en los últimos meses.
Un sector Real Estate más profesionalizado
Si comparamos la situación actual con la crisis financiera de 2008, nos encontramos con un sector inmobiliario mucho más profesionalizado, existe una mayor oferta de servicios y los españoles poseen más información y de mejor calidad, por lo que las compañías están obligadas a redoblar esos esfuerzos para cumplir con sus objetivos de negocio. Pero es que, además, hay que tener en cuenta que el origen de esta crisis es bien distinto a las anteriores, ahora no existe un problema de liquidez, por lo que la clave para responder al desafío pasa por adoptar la máxima flexibilidad y por una intensa colaboración público-privada que facilite el acceso a financiación y permita desbloquear proyectos, como ha ocurrido con el desarrollo de Madrid Nuevo Norte, cuyas obras arrancarán a principios de 2021, tras años de retraso acumulados.
Cambios en el comportamiento del cliente inmobiliario
Más allá de que tendencias como el teletrabajo se acaben consolidando, sí que existen algunos indicios claros hacia un cambio en el comportamiento de los clientes, por lo que las compañías del sector inmobiliario deberán dedicar sus esfuerzos en aplicar estrategias que conecten con ese cambio de mentalidad.
En este punto, las nuevas herramientas de comunicación digital y el análisis de datos y Big Data supondrán el catalizador perfecto para acercarse al cliente en un entorno cada vez más complejo y con mayor competencia. En el cliente particular y en el inversor profesional se están produciendo cambios, pero la buena noticia es que todos los actores del sector inmobiliario tienen a su alcance las herramientas adecuadas para detectar esos cambios: canales digitales que ofrecen inmediatez y máxima segmentación para llegar al público final o herramientas de análisis para perfilar esos cambios en las pautas de comportamiento e intereses. Está extendido el mantra de que cualquier crisis genera nuevas oportunidades, pero la actual, por su naturaleza, ya es una oportunidad en sí misma que el sector inmobiliario no puede dejar escapar.
Rodrigo P. Garea | Director de cuentas de Comunicación Financiera