Es probable que hayas oído que el storyscaping es la evolución del storytelling. Y puede que sea cierto. Pero más allá de discusiones sobre tendencias, lo que conviene saber es el impacto que puede tener en un modelo de negocio.
El storytelling forma parte de la creación de una marca. Una historia convincente detrás de una compañía es uno de los mejores aliados para la comunicación. Aporta personalidad y credibilidad. Y es clave para captar el interés de los usuarios. Además, ‘el arte de contar’ es parte del trabajo de un copyblogger en su reto por construir historias que fidelizan.
Entonces, ¿por qué surgió la necesidad de evolucionar esta táctica? La razón está en la experiencia que proporciona el storyscaping. El usuario demanda, consciente o inconscientemente, experiencias cada vez más completas. Y el storyscaping las proporciona. Propone un mecanismo para mostrar contenidos de forma ordenada; de tal modo, que el usuario puede moverse libremente dentro de un ecosistema (crosschannel) que conecta servicios, dispositivos y contenidos. De este modo, obtiene una experiencia más completa y concordante con sus intereses.
El storyscaping aporta una inteligencia superior que “entiende” al usuario y le aporta lo que necesita, creando rutas para que pueda profundizar. Así, si mi interés por los huertos urbanos me ha llevado hasta una web de bricolaje (a través de un post que me informa de los materiales que necesito para empezar a construirlo), no tiene sentido que me ofrezcan contenidos para usuarios avanzados o que me lleven a otras secciones sobre decoración de interiores. Además, si puedo conectar con comunidades de usuarios afines, descargar una app relacionada, entrar en un foro donde obtener descuentos, etc… el ecosistema me habrá envuelto y el efecto sobre las ventas será muy superior.
Gastón Legoburu (@gastonleg) de SapientNitro es uno de los mayores teóricos del storyscaping.