Hace unas semanas los amantes del boxeo pudieron disfrutar de una de las últimas grandes veladas de 2011: el combate que enfrentó a Cotto contra Margarito por el título de superwelter versión Asociación Mundial de Boxeo. 21.239 personas (superior a la media de asistencia del 50% de estadios de la liga BBVA y gran parte de los partidos NBA) presenciaron un combate que no solo suponía la revancha de Cotto sobre Margarito, sino un enfrentamiento deportivo entre dos de las comunidades más representativas en Estados Unidos: México contra Puerto Rico.
En España pudieron seguir el combate aquellos que tienen televisión de pago, o los que se las ingeniaron para seguir el combate en P2P o incluso descargárselo al día siguiente, y es que salvo honrosas excepciones (Marca TV y con combates de menor calado) el boxeo no solo vive ajeno al famoso interés general que promulgó Álvarez Cascos en la época de la guerra entre Vía Digital y Canal Satélite, sino que vive ignorado en la mayoría de medios, tras un gancho de izquierda que le propinó el El País, al declarar en su libro de estilo que el diario global no publica informaciones sobre la competición boxística, “salvo las que den cuenta de accidentes sufridos por los púgiles o reflejen el sórdido mundo de esta actividad. La línea editorial del periódico es contraria al fomento del boxeo, y por ello renuncia a recoger noticias que puedan contribuir a su difusión”. Es decir, el periódico, que informa de forma abierta sobre otros asuntos controvertidos como los toros, o sobre deportes orientales de contacto, rechaza abiertamente informar sobre una disciplina que puede ser un hecho noticioso y que además está considerada deporte olímpico.
Más paradojas, el periódico renuncia a informar sobre Boxeo, ¿pero renunciaba a informar sobre la programación de Boxeo años atrás cuando los grandes combates de Óscar de la Hoya, Pernell Whitaker, Lennox Lewis, Evander Holyfield o Mike Tyson pertenecían a la cadena de su mismo grupo multimedia? Todo esto contra la voluntad de importantes periodistas, como el que fue referencia de las páginas de deportes de El País y probablemente el periodista deportivo más importante en activo, Santiago Segurola.
Es más,¿se supone que este apagón informativo sobre el boxeo influye sobre la cobertura mediática que se merecen figuras como el recientemente fallecido Joe Frazier o Muhammad Ali?, ¿ignorarían del mismo modo el famoso Rumble in the Jungle de Zaire de Ali vs Foreman y lo que esto supuso en la cultura popular?
Está claro que esta situación ha podido influir en otros grupos de medios, aunque Unidad Editorial dio el gran paso (ahora con Marca TV y hace unos meses con VEO7) al emitir en abierto la lucha por un título mundial por primera vez en 17 años, después de que Telecinco renunciase a las emisiones de Pressing Boxeo.
¿Ignorarían los medios generalistas este deporte si surgiese una estrella tanto en lo deportivo como en valores similar a Alonso, Gasol o Iniesta? Ojalá podamos comprobarlo pronto.
Arrinconar el boxeo por sórdido es cerrar muchas puertas a deportistas prometedores que buscan una salida en barrios donde no abundan las oportunidades ni las pistas de pádel. Ignorar el boxeo es ignorar las múltiples referencias culturales que existen en la cultura popular a lo largo de todos los tiempos, sin obviar ese componente ‘sórdido’: en el cine Toro Salvaje, o las cuatro primeras de Rocky o casos más recientes como Million Dollar Baby, e incluso en la literatura más recientemente en la genial El Poder del Perro de Don Winslow, el boxeo sirve como punto de acercamiento entre dos mundos frontalmente encontrados: los servicios de inteligencia y el narco.
Las redes sociales, los portales especializados y los servicios de streaming quedan como refugio para el aficionado a este deporte, casi condenado a ejercer el furtivismo en busca de contenidos informativos de calidad. Que a un deporte minoritario, huérfano y necesitado de estrellas, se le niegue la cobertura mediática mínima supone cercenar la base para que grandes veladas como la de Cotto contra Margarito tengan lugar en España. De momento el boxeo está KO en los medios, con un ojo maltrecho, como le ocurrió a Margarito sobre la lona del Madison Square Garden.