En los últimos días, Iberia ha lanzado ofertas exclusivas para sus seguidores en Facebook y Twitter; Andreu Buenafuente preguntaba a sus seguidores por las cosas raras con las que habían soñado para utilizarlo en su programa; Dunkin Donuts ha generado tal pasión en torno a su marca en Facebook que son los propios fans los que surten a la página de contenidos, suben fotos y comentan sobre los nuevos productos sin necesidad de ofertas o promociones.
Las redes sociales están cambiando la vida y las costumbres de mucha gente en todos los aspectos. Sabemos cuándo es el cumpleaños de aquella compañera del colegio a la que no vemos desde hace más de 20 años, hemos visto la nueva decoración de su casa y hasta nos enteramos de qué humor se levanta por las mañanas.
Por supuesto, está cambiando la forma en que marcas y consumidores se relacionan. Las empresas se tienen que esforzar en contentar a un consumidor cada vez más informado, más escéptico con las marcas y muchísimo más dispuesto a irse a la competencia.
Muchas compañías han aprendido la lección y ya empiezan a ver la utilidad de estar en las redes sociales para emprender un nuevo tipo de relación con el consumidor. Las cifras no engañan: sólo en España, 300.000 empresas hablan con sus fans en Facebook, lo que supone el 60% de las compañías que operan en nuestro país.
Pero no basta con estar: además, hay que esforzarse por ofrecer al usuario una experiencia, un valor añadido que le haga permanecer con ella y no con la competencia. Los usuarios quieren conversaciones, no publicidad. ¿Existe el peligro de que las redes sociales se saturen de marcas deseosas de interactuar con su público, ofrecer ventajas, sortear premios, y que los usuarios se agoten y empiecen a huir?
De momento no parece que suceda: Todos los grandes operadores están adoptando la geolocalización como un paso fundamental en su evolución para adaptarse a la creciente tendencia del marketing móvil: Facebook ha anunciado esta semana el lanzamiento de FacebookOfertas, que, conectado con Facebook Places, la aplicación de geolocalización de la red social, ofrece al usuario una lista de los lugares cercanos que ofrecen algún tipo de descuento u oferta. Google se ha subido al carro de la geolocalización con Google Places y se ha aliado con otra de las redes sociales pioneras, Foursquare para crear Fourwhere, que permite leer en un mapa la opinión de los consumidores acerca de una tienda, empresa o restaurante.
Ya no se trata sólo de quién dice qué y a quién. El dónde se ha convertido en un elemento imprescindible para competir por la atención del usuario. La única pregunta es: ¿conseguirán salvar la barrera del celo por la intimidad?, ¿qué opinan ustedes?
