Podríamos decir que, desde que existe la comunicación, se han utilizado celebrities para maximizar el impacto de las marcas en el consumidor. A menudo las marcas ‘tiran’ de famosos para tener una mayor presencia en medios y para lograr, como fin último, un mayor consumo de su producto.
Pues bien, hace tiempo que los cantantes, actores y actrices han pasado a un segundo plano o, al menos, hay otro grupo que se ha equiparado a ellos y que gana enteros en lo que a imagen de marca se refiere: los deportistas.
Y no nos engañemos, ganarán más enteros cuanto más guapos sean y más guapas sean sus novias (o más novedades haya en su vida sentimental). Hace ya tiempo que el deporte se ha convertido en el nuevo corazón. Jugadores de fútbol como Casillas, tenistas como Rafa Nadal o jugadores de baloncesto como Rudy Fernández son un reclamo infalible para medios femeninos, masculinos y de estilo de vida (por no hablar de los generalistas y sus secciones de deportes, que suelen también hacerse eco de este tipo de contenidos, aunque de forma más sutil).
Aunque, obviamente, no todo es tan positivo… Obviamente, esto tiene un coste. Uno muy grande (que se reembolsará con creces dándonos un ROI con varios ceros), pero que supera en mucho lo que podemos pagar por una ‘celebrity al uso’. Podríamos decir que un futbolista de primera línea nos costará entre dos y tres veces más, y que sus cachés serán proporcionales a sus sueldos, cuanto más gane más cobrará por acudir a un evento y prestar su imagen a una marca.
Para aquellos que se estén preguntando qué ocurre con las deportistas, tenemos que decir que las cifras astronómicas que mueve el deporte masculino en nuestro país están lejos de parecerse a las que mueve el femenino. Por tanto, contratarlas a ellas será siempre más barato que a ellos, aunque los resultados obtenidos seguramente serán menores de los que pueda mover una celebrity a nivel mundial como Casillas. No obstante, hay casos que han funcionado como Mireia Belmonte o la ya retirada Gemma Mengual.
En cualquier caso, es sin duda una opción muy acertada, sobre todo si queremos vincularnos a un producto que tenga que ver con la vida sana y el ejercicio, o que comparta valores como el compañerismo y el esfuerzo. Así que nuestra recomendación es clara: ¡Pon un deportista en tu marca y descubre el nuevo mundo del corazón!
Loreta Enríquez, Consultura de cuentas en la División de Consumo & Salud