Del deseo al éxito pasando por el método: mirar, escuchar, analizar

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España 50 | evercom

Desde finales de la década de los 50, momento en el que se inicia el abandono del autarquismo y se busca una progresiva apertura del régimen franquista para reflotar la economía española y mejorar la imagen de la dictadura en el extranjero, la comunicación pasa a convertirse en un ingrediente esencial para las relaciones públicas de nuestro país con el resto de los actores europeos.

El turismo y el 600 eran por entonces los emblemas de una época en la que costaba diferenciar propaganda y comunicación y habría que esperar hasta prácticamente los 70 con la inauguración de las universidades de Ciencias de la información, para que comenzara a fraguarse una cierta tradición científica de investigación en comunicación, que permitiera establecer procesos y una metodología capaz de percibir los resultados obtenidos.

Hoy, más de 40 años después, nos hayamos sumergidos en palabras ya muy habituales para nosotros como ROI, KPIs, PR Value… Indicadores que, desde luego, sirven para medir nuestro trabajo y lo que es más importante, para que los organismos de decisión de nuestras empresas crean en el incalculable valor de la comunicación y puedan defenderlo a ultranza, pero quizá, esta marisma de datos, nos puede hacer perder de vista el que debe ser nuestro objetivo número uno, que no es otro que el de cumplir las expectativas de nuestros clientes en lo que a su negocio se refiere.

He aquí el que debiera convertirse en el punto de partida de cualquier metodología para establecer objetivos. ¿Qué quiero conseguir con mi comunicación? ¿Dónde quiero estar a medio-largo plazo? y lo que es más importante, ¿qué tengo que hacer para conseguirlo? Si aún así, te siguen quedando preguntas, te damos algunas claves para orientar el método a tus expectativas y tus deseos a resultados.

Irene de la Casa, Directora de cuentas de División Consumo&Salud

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