El pasado 24 de enero El País sufría un duro golpe en su reputación tras la publicación, aunque sólo por unas horas, de una fotografía falsa del presidente venezolano Hugo Chávez intubado en una cama de hospital. Y lo que fue peor para el medio, su más directo rival informativo, El Mundo, aprovechó el suceso para enarbolar la bandera del rigor periodístico, cuando su director Pedro J. Ramírez anunciaba en su perfil de twitter que su periódico tuvo la imagen antes y decidió no publicarla al dudar de su veracidad.
Pero el Bárcenasgate, cuya batuta informativa la llevaba precisamente hasta hoy El Mundo, ha permitido a El País dar un golpe de efecto muy importante. La publicación por parte de este diario de unos documentos que pueden suponer un auténtico terremoto político para el Partido Popular, los papeles secretos de Bárcenas, una supuesta contabilidad secreta dentro del PP, ha sido la gran baza de El País para tratar de reafirmar su liderazgo en el panorama periodístico ante sus lectores y ante la opinión pública en general.
No son sólo las empresas y los gobiernos quienes sufren crisis de imagen. Tampoco los medios de comunicación escapan a ello. El epic fail de El País hace unos días es una prueba de ello. Y sin embargo, hoy, la vuelta a la tortilla, los papeles de Bárcenas y un auténtico epic win periodístico. El País: ¿crisis superada?