Una de las consecuencias de la complicada coyuntura económica que hemos atravesado en los últimos años ha sido que la forma en la que los ciudadanos miraban hacia las empresas ha cambiado radicalmente. ¿Qué queremos decir con esto? Si antes, el consumidor solía fijarse en el precio del producto o servicio que adquiría, su calidad o características principales frente a la competencia, ahora y cada vez con más frecuencia, vigilan atentos un aspecto más: la relación que mantiene la compañía con sus grupos de interés.
Y lejos de ser una cuestión baladí, los usuarios sitúan este aspecto como un punto central de sus decisiones. De hecho, según Nielsen, un 50% de los consumidores de todo el mundo estaría dispuesto a pagar más por productos o servicios que fueran socialmente responsables y se cuestionan… ¿Es respetuosa la empresa con la que estoy colaborando con el medio ambiente? ¿Qué políticas desarrolla y obliga a cumplir a sus proveedores? ¿Cuál es su estrategia de recursos humanos y cómo tratan a sus empleados? Preguntas hasta hace poco impensables, sobrevuelan más que nunca la cabeza de los consumidores y las empresas deben estar preparadas para ello.
Es precisamente en este punto en el que el plan de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de la compañía en cuestión entra en juego, pero no sólo es importante que ese plan esté bien diseñado y cuente con una serie de objetivos acordes a la actividad de la empresa, también resulta esencial realizar una buena estrategia de comunicación para darlo a conocer y generar empatía y engagement hacia la marca. A partir de aquí nos queda sólo pensar en cómo lo hacemos. Desde Evercom, nos atrevemos a daros algunas claves para que no se os quede nada en el tintero:
- Diálogo: es importante tener una actitud de diálogo abierto y constante e incentivar con nuestros públicos (consumidores, proveedores, medios de comunicación, etc.) una comunicación bidireccional.
- Solidaridad: si de verdad somos responsables, debemos mirar más allá de nuestra empresa y apoyar y promocionar estrategias de otros actores presentes en el mercado.
- Constancia: mantengamos siempre abierta esta línea de comunicación e informemos puntualmente al periodista de nuestros proyectos y avances.
- Empatía: busquemos los puntos de conexión emocional con nuestros públicos y dirijamos nuestra comunicación en esa dirección. Sólo así tendrá el éxito que esperamos.
- Transparencia: midamos nuestra actividad a través de los organismos pertinentes y comuniquémoslo de forma oportuna a los medios. Si somos responsables, la transparencia al informar resulta obligatoria.
- No tengas miedo: si cuentas con un buen asesor de comunicación, tu visibilidad de marca crecerá como la espuma y seguro también, tu cuenta de resultados.
Irene de la Casa, Directora de cuentas. División Consumo & Salud